miércoles, 18 de septiembre de 2013

LA HABITACIÓN DEL BEBE




Colores e iluminacion del dormitorio del bebé

los colores de la habitación.
La habitación de los niños suele ser el lugar con más colores de la casa.
 Normalmente, es el espacio más alegre y más original de nuestro hogar.
 Sin embargo, según algunos expertos en cromo terapia, no todos
 los colores son apropiados para la habitación del bebe.
 Para decorar la habitación de los bebes, vale la pena conocer más a cerca del lenguaje
 y los posibles efectos de los colores sobre nuestro estado anímico, y así alcanzar la
 deseada armonía.

Color rosa  para tu niña


Está asociado a las características femeninas. El rosa claro tiene efectos calmantes y 
relajantes. Es un color que promueve la calma, la afabilidad, el afecto.  ingenuidad,
 bondad, ternura, buenos sentimientos y ausencia de todo mal. Es un color que
 ayuda a despejar la mente de pensamientos negativos, que proporciona energía
 y suaviza el carácter, tendiendo hacia la dulzura, la constancia y la delicadeza.


Naranja tonificante para tu niño 

Es el color del fuego y ha sido escogido como señal de precaución. 
Puede expresar regocijo, fiesta, placer, aurora y presencia de sol.
 Atrae la vista, estimula el apetito, la conversación y la caridad.
 Es el color de la vitalidad, la alegría y la felicidad. El uso del naranja  ayuda
 a deshacerse del miedo y de los estados depresivos y obsesivos. Resulta tonificante,
 despierta el apetito y favorece las relaciones.

Rojo poderoso para tu bebé


Tiene un efecto muy poderoso; atrae la atención visual inmediatamente.
 Estimula la acción y puede expresar pasión, emoción, agresividad y peligro. 
  El rojo incrementa la circulación sanguínea, aumenta la tensión, es cicatrizante 
y estimula al apetito. También consigue hacer trabajar a los más perezosos,
 transmite energía vital y resulta aconsejable lucirlo cuando se tiene congestión nasal.

Verde natural para tu hijo


Es un color muy elocuente y se está asociado con la naturaleza, la fertilidad 
y la primavera. Transmite seguridad, expansión y anima el crecimiento emocional.
 Proporciona mayor actividad cerebral, calma el estado de ánimo y actúa como
 desintoxicarte. Es el color de la relajación por excelencia porque reduce la tensión. 
Es el color de la esperanza. es un color apropiado para el cuarto de los niños pequeños,
 si tiene buena luz natural.

Azul relajante para tu bebé


Tiene un efecto calmante, tranquilizador y de serenidad. Es el segundo color
 más poderoso después del rojo. Ayuda a conciliar el sueño, además de atenuar
 los dolores de cabeza y los trastornos del estómago. En general, se asocia con
 la seguridad física y la fuerza. Produce sensaciones de tranquilidad y paz.
 Puede expresar confianza, reserva, armonía, afecto, amistad, fidelidad y amor. 


Blanco purificante para  los bebés


Es un color que purifica, estimula, unifica. En combinación, anima a todos los colores. 
Es la luz que se difunde. Expresa inocencia, paz, infancia, divinidad, 
estabilidad, calma, y armonía.


La iluminación de la habitación


En cuanto a la iluminación de la habitación, se aconseja dos tipos de
 lámparas: una en el centro del techo, y otra en formato de media luna 
en una de las paredes del cuarto. Esta última, la podéis utilizar en el caso
 de que el bebé necesite cuidados durante la noche, sin tener que ser
 incomodado con la luz más fuerte. Una luz tenue puede
 ayudar también al bebé a que concilie mejor el sueño.
Las cortinas son necesarias para controlar la entrada de luz natural durante
 el sueño diurno del bebé. Se recomienda que usemos las que están hechas
 de materiales que no atrapen mucho polvo. El mismo consejo se puede
 aplicar al protector de la cuna y a la colcha. Que sean de un tejido
 que no absorba tierra y ningún tipo de polvo. Cuanto más sencillo
 sea el mobiliario de la habitación, mejor. Al principio, el bebé necesitará
 de una cuna, un armario y un cambiador. Luego, sería conveniente que
 tuviera un baúl para los juguetes, una silla y una mesita de actividades 
para cuando empiece a hacer sus primeros garabatos, y un parque
 o una cuna-parque para cuando esté sentado jugando. 
La posición y distribución de los muebles son muy importantes 
porque van a determinar la practicidad a la hora de usarlos.

Consejos de seguridad para la habitación

 del bebé


El ambiente en el que tu bebé va crecer debe ser cálido, agradable, estimulante,
 cómodo. Un espacio en el que el bebé se sienta protegido y arropado.
 Por lo tanto, es necesario que sea extremamente seguro.
 Usa pinturas no tóxicas, muebles con bordes redondeados, protectores de enchufes,
 de cajones, de puertas y ventanas, además de cubre radiadores.
 Guarda bien los medicamentos, las pomadas, y otros materiales que el bebé
 pueda llevarse a la boca.
 Evita los objetos de cristal, de cerámica, u otros que puedan romperse
 y dañar al bebé. Todo cuidado es poco a la hora de protegerle.
Es muy importante que la habitación del bebé no esté sobrecargada de cosas,
 de peluches, y otros objetos decorativos. En los primeros meses,
 evita las alfombras. Atrapan muchos ácaros y tierra, lo que puede
 provocar alergias al bebe. Una habitación cargada de objetos es más
 difícil de limpiar, y la limpieza es un factor importante para la salud del bebé.
 Además, la habitación debe tener una buena ventilación.

viernes, 6 de septiembre de 2013



 Protegiendo a tu hijo con la alimentación.




Grupos de edad 1 a 3 años


Mientras tu hijo crece, comienza a descubrir y a explorar el mundo que lo rodea por medio del tacto y llevándose a la boca cualquier cosa que esté a su alcance. Esta es una etapa de desarrollo muy importante para tu hijo, pero también es una etapa en la que se expone a una cantidad importante de gérmenes.

Sabemos que es muy difícil detenerlo en sus exploraciones pero tú puedes protegerlo manteniendo su sistema inmunológico lo más fuerte posible con una nutrición adecuada y el lavado de manos, varias veces al 
día.
 
Comienza de la mejor manera.
Siempre es mejor amamantar a tu hijo. Amamantarlo desde su nacimiento resulta muy importante, ya que le ayuda a construir un sistema inmunológico fuerte para el resto de su vida. La leche de pecho es rica en proteínas y contiene la concentración más alta de anticuerpos, la cual ayuda a fortalecer el sistema inmunológico y construir las defensas naturales en tu hijo.

Nutrición para niños de 1 a 3 años de edad.
Es importante que dentro de la dieta de tu hijo, tenga todos los nutrientes que su cuerpo necesita para un buen crecimiento y el desarrollo de un sistema inmunológico fuerte.
Los nutrientes mas importantes para mejorar este aspecto son:

Vitaminas y minerales:
Estas incluyen la vitamina A, C y E, zinc y selenio. Protegen a las células y apoyan los procesos que el cuerpo utiliza para combatir gérmenes e infecciones.
Las frutas de color y verduras son ricas en vitamina A y C.
El aceite vegetal y el aguacate son ricos en vitamina E.
La carne y el pescado son ricos en zinc y selenio.

Hierro:
Previene la deficiencia de hierro (anemia) y protege a tus hijos contra las infecciones. Los alimentos que contienen altas cantidades de hierro como son:  hígado, carne, frijol, verduras verdes, cereales fortalecidos y leche.

Grasa:
La grasa es una fuente de energía concentrada que es muy bien aprovechada por niños muy activos. La grasa puede servir también como vehículo de ciertas vitaminas como la A, D, E y K. Los ácidos de grasas esenciales o EFAs toman un rol importante en la construcción de células, hormonas y ciertos factores que están involucrados en las defensas naturales de tu hijo.
Estos pueden ayudar en la construcción de la inmunidad natural de tu hijo y promover un sistema digestivo más saludable.

Proteínas:
Las proteínas son esenciales para el crecimiento, reparación de tejidos y actividad de las encimas.  los productos lácteos, la carne y el huevo constituyen la mayor fuente de proteínas de alta calidad.

lunes, 2 de septiembre de 2013


            ¿Cómo elegir un calzado infantil sano y adecuado?



Según la Fisioterapeuta, especializada en RPG 
Pilar Velasco Climent
                       



            ¿Cómo elegir un calzado infantil sano y adecuado?
 La elección de los zapatos es de gran importancia, como un factor más de salud. Los pies en crecimiento de los más pequeños de la familia requieren especial atención. La misión del calzado para niños y niñas que todavía no caminan es únicamente el abrigo, no la sujeción. Para los que ya caminan es indispensable también permitir el movimiento de las articulaciones del pie. Se deben respetar la fisiología, la biomecánica y en definitiva la lógica del cuerpo humano, sobretodo cuando no existen deformidades ni patologías que puedan explicar otro tipo de calzado correctivo.

 


 
Calzado infantil sano. Argumentos para una buena      elección.


Muchas madres y padres dudan (y con razón) a la hora de comprar calzado a sus hijos.
Incluso antes de que el niño comience a gatear, ya estamos en las zapaterías queriendo comprar “lo mejor” para nuestros pequeños. Pero en muchísimas ocasiones lo que nos venden como “lo mejor” suele ser un armazón duro, incómodo y muy alejado de lo que debería ser un calzado sano para esos lindos pies que están creciendo y formándose.

En los últimos años ha existido una corriente entre algunos profesionales que defienden la necesidad de un zapato infantil fuerte, en el que el pie vaya “bien sujeto”, tanto el tobillo como la planta y los dedos. Siguiendo esa teoría los fabricantes de calzado han creado un prototipo de zapatito-bota terrible, que prácticamente inmoviliza todas las articulaciones del pie e impide al niño utilizar correctamente su musculatura y su fisiología en desarrollo.

El objetivo de este artículo es arrojar un poco de luz sobre este tema, 
 ¿Por qué nos empeñamos en calzar a los niños con botas de esquí?
En la mayoría de los casos, y sobre todo en ausencia de patología o deformidad alguna, la actitud más sabia es escuchar a la propia naturaleza. El pie fue creado para ir descalzo y no para ir metido en una armadura rígida. Aunque nuestras condiciones de vida moderna en las ciudades no nos permiten mantener descalzo al pie, un calzado inteligente debería seguir fielmente los dictados de la naturaleza. La misión del calzado es proteger y abrigar al pie, y no aprisionarlo impidiéndole estímulos tanto internos (del propio movimiento, equilibrio, postura) como externos (contacto de la planta del pie con el suelo).

Analicemos con más detalle ese calzado infantil actualmente de moda:

            El tobillo: Si es bota o zapato alto, llega a impedir el movimiento natural del tobillo (articulación tibio-peroneo-astragalina). Al caminar debemos tener libre dicha articulación. En el caso de niños pequeños que todavía gatean, o que unos ratos gatean y otros ya se empiezan a poner de pie y caminar, también es importante dejar libre el juego del tobillo ya que su posición varía mucho según vayan a cuatro patas o de pie.

Con un calzado que fije el tobillo dificultaremos su forma natural de desplazarse: A veces lo que se pretende con ese tipo de bota dura es dar mayor estabilidad a la marcha (de por sí inestable) de un niño que comienza a andar. Si la madurez corporal (equilibrio, fuerza, solidez de sus huesos y demás estructuras, etc.) de un niño le permite estar de pie y caminar sólo unos minutos, es un error intentar darle una estabilidad artificial –por medio de un zapato duro y con el contrafuerte excesivamente alto- para que pueda andar más tiempo. Con las botas y zapatos rígidos el niño estará incómodo en cualquier otra postura que no sea estar de pie, y en esa etapa su forma natural de moverse es reptar, gatear, e ir poniéndose de pie y empezar a andar poco a poco, conforme su evolución se lo vaya permitiendo. De igual forma están ya en desuso los andadores (tacatás) porque fuerzan al niño a estar en una postura que por su edad (o su desarrollo corporal) aún no le corresponde y a desplazarse de una forma extraña.

Para quien piense que el tobillo del niño de un año es débil y debe reforzarse, añadiré que aún le debilitaremos más si le acostumbramos a llevar un armazón que lo sujete: lo que mantiene la estabilidad del tobillo son en primer lugar los músculos y después los ligamentos. Estaremos en un error si por mantener intactos los ligamentos (que el niño no se tuerza el pie) lo que hacemos es anular la importante acción muscular, llevando un calzado que impide el movimiento.

Conclusión: el zapato debe llegar hasta debajo de los maleolos (los huesos laterales del tobillo) o si es una bota, debe ser lo suficientemente flexible como para permitir el movimiento completo de la articulación del tobillo.

La suela. Si la suela del zapato es rígida, no permitirá que haya movimiento en la parte anterior del pie (articulación de los dedos, metatarsofalángica). Si nos fijamos en cualquier persona cuando camina descalza, el pie no se mueve en bloque sobre el suelo, sino que se dobla, se articula en la base de los dedos sobre todo en dos momentos durante cada paso: justo antes de apoyar el pie en el suelo (final de la fase aérea del paso) y aún más en el momento de separarse del suelo tras el apoyo (fase de despegue). Los dedos pues colaboran con su movimiento de flexión y extensión durante la marcha, por lo que es absurdo eliminar su función.

Por otra parte, si la suela es gruesa y rígida el niño se pierde toda una serie de estímulos y sensaciones que debe percibir del suelo (por ejemplo las irregularidades) y que le ayudarán a desarrollar sus reflejos, destreza y equilibrio. 

Conclusión: es imprescindible dejar que la zona anterior del pie se mueva con libertad mediante una suela flexible.

 Las plantillas. En muchas ocasiones (por ejemplo en zapatillas de deporte) la plantilla del zapato intenta con su forma mantener la bóveda del pie (arco interno plantar) como para evitar el pie plano. Ya existen en el pie estructuras (músculo-tendinosas y ligamentos) encargadas de formar y mantener la bóveda plantar.

Todos los niños antes de empezar a andar tienen un pie plano fisiológico normal  Es más adelante con la puesta en pie y la marcha cuando se empieza a formar la bóveda plantar, gracias a la acción muscular (tibial anterior, flexor corto plantar, aductor del primer dedo). Si ya la bóveda es mantenida artificialmente por el calzado, estaremos inhibiendo la acción de esas fibras músculo-tendinosas cuya misión es sostener el arco del pie.
Conclusión: la plantilla del zapato debe ser plana y flexible.

un calzado sano no debe llevar nada de tacón y debe ser lo suficientemente ancho por delante como para que permita a los dedos poder abrirse y moverse con libertad.

CONSEJOS PARA COMPRAR UN CALZADO INFANTIL:
 -el zapato debe dejar libre la articulación del tobillo (subir y bajar el pie)

 -el zapato debe ser flexible. Debemos poder doblar la parte de delante de la suela fácilmente      hacia arriba con la mano.

 -el tamaño del zapato debe ser lo bastante ancho y largo para que permita el movimiento de los dedos y que éstos no lleguen a tocar por delante el final del zapato por dentro. Dibujar y recortar en caso de duda el contorno del pie del niño en un cartón o papel y comprar luego un zapato en el que quepa bien esa silueta.

-los materiales deben ser lo más naturales posible para que permitan la transpiración de los pies: piel, cuero, algodón (lona), etc.

 -el modelo más adecuado es un zapato que se adapte bien al pie, es decir con cordones o velcro en el empeine. Las chanclas, zuecos o marquesitas no son recomendables, entre otras cosas porque la percepción de que el zapato se sale a cada paso obliga a los dedos a un trabajo extra de “agarre” innecesario.
            Nota: a pesar de haber elegido un calzado correcto, no se debe olvidar que los zapatos y zapatillas son sólo para unas horas del día. En casa los pies deben estar todavía más libres: calcetín o similar sería suficiente para los más pequeños del hogar (solamente para mantener calientes los pies).

BIBLIOGRAFÍA

    Souchard, PH, E: R.P.G. Método del campo cerrado. París: Maloine, 1980
     Sibille, J.M.; la plantilla ortopédica, de lo cuantitativo a lo cualitativo. Terapias globales, terapias manuales. Rev. Círculo científico de R.P.G. nº 14
     Cailliet, R.: Síndromes dolorosos tobillo y pie. Méjico: El manual Moderno, 1985.